lunes, 11 de agosto de 2014

Khurupanpa II

En el post anterior les conté un poco cómo surgió la idea, y de qué forma la desarrollé. Ahora quiero contarles sobre los resultados, y cuáles son mis planes al respecto.
Si vamos un poco hacia atrás, los indígenas ceramistas que habitaban estas tierras sudamericanas trabajaban con lo que tenían a mano, reconociendo de manera intuitiva y con algunas pruebas sencillas, cuáles eran las tierras aptas para ser modeladas y expuestas al calor. El arte cerámico ha ido mucho más lejos en estos tiempos, llegando a complejizarse en pos del perfeccionamiento y la experimentación química y alquímica. Si bien esto no es algo negativo, en ocasiones se incorporan materias primas tóxicas y procesos anti-ecológicos debido a la cantidad de energía que se invierte en ellos.
Es mi intención desmitificar y revalorizar las raíces del trabajo con el barro, un arte milenario, que ha servido a toda la humanidad y ha acompañado su evolución. Mis conocimientos no son absolutos, y los comparto, porque justamente esta es la forma de crecer, con el aporte de todos y el enriquecimiento mutuo.


Cuando preparamos una arcilla siempre combinamos una de mayor plasticidad con una de menos plasticidad hasta encontrar el punto en que la mezcla se hace apta para modelar y hornear. Lo primero que debemos constatar es la presencia de cal, la cual debe evitarse. (produce rajaduras y quiebres en la cocción) Una forma casera y simple de hacerlo es con jugo de limón, se hecha un poquito y si burbujea, la tierra no sirve.(de no tener acceso a otra tierra se la debe lavar varias veces hasta eliminar el exceso de cal)
Si la pieza está destinada a resistir choques térmicos (cambios abruptos de temperatura, exposición directa al calor) nos preocuparemos porque la arcilla que utilicemos como antiplástico (arcilla menos plástica, arenillas, cenizas, caolín) no posea cantidades altas de cuarzo y mucho menos en una granulometría demasiado fina.
Ésta tierra se incorporará en un porcentaje del 20 al 30% del total por lo tanto puede contener cuarzo pero en bajas cantidades. La granulometría importa, ya que la partícula de cuarzo cuanto más pequeña más capacidad de contraer y dilatar posee.



Cuando trabajamos con nuestras manos, en contacto directo con la tierra, es indispensable ser conscientes de lo que le estamos comunicando (ansiedad,  miedo, bronca, amor, esperanza, paz). Ésto los indígenas lo tenían bien claro: tanto la tierra como el agua son elementos "femeninos" "yin" o "pasivos", y por lo tanto reciben, absorben. Hoy en día estamos demasiado apurados para ser conscientes de lo que estamos dando, la tierra nos invita a detenernos, reflexionar y hacer introspección una y otra vez.... ya que los resultados no van a ser los mismos. Aprender a ser conscientes de lo que le estamos comunicando nos hace también conscientes de cómo nos hablamos y tratamos a nosotros mismos, y en esta introspección crecemos espiritualmente y nos convertimos en mejores personas. 
♥♥♥
espero haberlos inspirado!
si me quieren contactar, acá les dejo mi mail:

maripaucan@gmail.com
www.facebook.com/Khurupanpa

2 comentarios:

  1. te felicito..maravilloso arte..y me encanta la forma en q lo comunicas...desde tu corazón...la Luz te bendice!

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