domingo, 14 de febrero de 2016

Amar y... seguir amando

De pie, sin miedos, y con los brazos y el corazón abiertos. De nada sirven las murallas. El único destino es aprender. Si de cada relación que atraviesa mi camino, valoro el tesoro de aprendizaje que deja, crezco amando y sin apegos, y esa es, desde mi perspectiva, la única forma de vivir.

En mi intento por reparar espejos ajenos, olvidé sanar el propio. Al apegarme a relaciones estancadas, que ya no tenían nada que enseñarme, encerradas en patrones negativos de repetición tuve miedo. Miedo al cambio, miedo a quedarme "sola"... Y aprendí que si estoy reflejando sombras en un otro, queda de mi parte hacer el trabajo correspondiente, y del otro hacer su parte. Para eso es necesario el compromiso, conmigo misma, de crecer y de amarme y valorarme lo suficiente. A medida que fui sanando y creciendo, se mantuvieron a mi lado las personas que reflejaron ese trabajo interno, vinieron nuevas y otras siguieron su rumbo. Entendí que la naturaleza del amor es fluir con estos ritmos.  Naturalmente fluir hacia un encuentro más profundo y amoroso conmigo misma. En el camino fui madre y estudié muchas cosas, que fueron enriqueciendo de mil maneras mi mundo. Mis "equivocaciones" me enseñaron, expandí mis horizontes y experiencias... no podría sino abrazarlas con amor. ¡Gracias, gracias, gracias!

Hoy el camino me puso ante mis ojos un sueño hermoso, de mi esencia desnuda, de mi Ser sin disfraces... y allá voy! con la esperanza renovada, con la experiencia como aliada, con el amor a flor de piel... ¿podría ser de otra forma? ¡es una nueva posibilidad de amar! Le temo más a una vida no vivida (como dijo mi amiga Frida).




Con esta pequeña reflexión quiero homenajear al amor en este día. Al amor que fue, al que es y al que vendrá. El amor es una fuente inagotable de amor... en el universo nunca nada está solo, la soledad es una ilusión.

Si pudiera ponerle palabras al amor... tantos lo han intentado! Yo diría que es lo que habita en el vacío del corazón. Tan simple como eso.

 Gracias por leer.

Enamorada






De la naturaleza.
De estos caminos que nos atraviesan.
De esta experiencia multidimensional,
De lo que se entrelaza y surge de este encuentro.
De la vida que parece celta de tan verde que se volvió el paisaje en mis ojos,
Del amor que todo lo puede y que todo lo cura.
De los planetas, de la magia de esta realidad.

<3 gracias <3





lunes, 8 de febrero de 2016

La llama interna

Me pregunto
¿qué hago aquí?
¿qué soy?
¿qué siento?
¿qué pienso?
¿qué expreso con mis palabras y acciones?
¿qué es lo que doy a mi entorno?

Hoy es la luna nueva en acuario. Exactamente en estos minutos, mientras escribo, se está perfeccionando la alineación Tierra-Luna-Sol, y decidí escribir, ya que el poder de manifestación de las aperturas de luna nueva es muy grande, algo que intentaré describir en otro artículo.

Me respondo
Vine en respuesta al llamado del Universo
Soy una proyección de mis miedos y mis certezas
Siento la vida en ebullición en mi cuerpo
Pienso que siempre hay belleza a mi alrededor
Expreso mis mundos internos
Doy lo que me ha sido dado

Y... ¿qué es lo que me enciende?
Me enciende el amor. Me enciende sentir unión con el todo. Me enciende la tierra en mis manos. Me enciende la trasmutación. Me enciende descubrir las dos caras de la moneda en todo. Me enciende reconocer luz y oscuridad en mí misma y en mi entorno, y percibir la belleza y perfección que de eso se desprende.





jueves, 4 de febrero de 2016

El arte de trasmutar



Ya que esto se ha convertido prácticamente en un diario de mi proceso interno, hoy quiero expresar algunas ideas sobre los cambios, o más bien las transformaciones profundas. 

Estos períodos de nuestra vida, en ocasiones se caracterizan por factores externos que, llegado a un punto se vuelven insostenibles y se produce un cambio, a veces paulatino, otras repentino, siempre definitivo. Es un punto de quiebre que marca un antes y un después. Lo que estábamos acostumbrados a ser hasta ese momento, ya no puede seguir siendo. Como consecuencia, buscamos otras vías de evolución. 





La representación física de este estado o fénomeno de transformación profunda es la muerte. 
El arcano 13, o el arcano sin nombre. 

Una puerta debe ser cerrada, una etapa debe ser finalizada, para comenzar una nueva etapa o abrir una nueva puerta. 
Todas las concepciones negativas que tenemos con respecto a estos momentos, provienen de nuestra mente y nuestras creencias. De por sí en toda la naturaleza el cambio es la única constante, y lo absurdo es pretender un estado permamente de algo, lo que sea. Todo cambia todo el tiempo, todo perece, todo se transforma. Al momento mismo de morir el cuerpo, de nada nos sirve apegarnos a él, ya que es inútil. Es nada más una cáscara, una corteza. ¿podemos imaginarlo? Si nos paramos unos segundos fuera de nosotros mismos, podemos entender que el cuerpo es solo un disfraz, algo perecedero, mientras que la esencia es infinita, nunca muere... pero siempre cambia, trasmuta. Porque en la materia nada es permanente y todo está destinado a degradarse y a transformarse.

Esto no es nada nuevo... tal vez algunos lo olvidaron, aunque no creo que sea posible. El uróboros es un símbolo muy antiguo que representa que la muerte existe sólo en la dimensión física, y que la naturaleza se alimenta de sí misma. Alimentamos a la tierra cuando morimos y la tierra nos alimenta a nosotros mientras estamos "vivos". Como dos caras de la misma moneda, la esencia continúa viviendo sólo que ya no ocupa ese cuerpo, ese conjunto de átomos en degradación.
La serpiente que "se come su propia cola".





Algunas personas siguen viviendo como si no fueran a morir nunca, y tratan de sostener estructuras durante largos períodos de sus vidas, pretendiendo que se mantengan y evitando cambiar, a costas de su propia infelicidad y malestar muchas veces. 

Me ha tocado experimentar muchos cambios en mi vida, y siempre cuando arribaban esos momentos me pregunté a mí misma: ¿a qué le temo más? ... siempre tuve más miedo a quedarme igual que a cambiar... siempre cambiar fue la opción más difícil, pero la que más aprendizajes traía a mi vida. A la par de hacer un reordenamiento de mis prioridades, un renacimiento de mi nueva yo, un proceso interno y externo de redescubrimiento profundo y cuestionamiento de mis creencias y estructuras mentales. En cada una de esas muertes, fui deshojando las capas que no me permitían llegar a mi esencia, fui desmintiendo mentiras que me dije a mí misma, fui resignificando cada experiencia de mi vida... y sí, las experiencias en ocasiones fueron dolorosas no sólo para mí, sino para otras personas involucradas, pero creo que el aprendizaje fue mayor, que la intención es inspirar a buscar la propia felicidad. Muchas de nuestras familias vienen repitiendo y validando el patrón de la infelicidad. A tal punto se valida la infelicidad que nos sentimos culpables de ser felices. Bajo estos patrones, el que es feliz es apartado del clan, y por miedo a ser apartado se perpetúa la infelicidad al punto de enfermar el cuerpo, para sentir la importancia de que alguien se preocupe por nosotros, cuando la realidad es que los únicos que tenemos que ocuparnos y preocuparnos por nosotros mismos, somos nosotros mismos. Cada vez que estuve abajo, me levanté yo misma. Y con esto no quiero decir que no hay que pedir ayuda, ni que no recibí ayuda de mi entorno. Claro que es importante contar con gente que nos ame y nos quiera ver felices, pero el esfuerzo y el atravesar la experiencia lo hace uno mismo por uno mismo. Porque nadie puede hacer lo que le corresponde a otro. Cada proceso es diferente, y cada vez que enfrentamos nuestros miedos y atravesamos nuestras oscuridades cambiamos, porque cambiar está en la naturaleza y es la única constante. Vivir muchos años para ser siempre la misma no tiene sentido. Por lo menos para mí. 

Gracias por leer <3 feliz febrero del amor.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Dar y recibir

Gran tarea la de mantener el equilibrio entre estas dos polaridades.
Todo en este juego de la vida tiene que ver con ese equilibrio. No podríamos identificarnos sólo con uno de los extremos. Hablamos de integrar la energía masculina (dar) y femenina (recibir). Como polos opuestos, son simplemente eso y no por ser hombre o mujer deberíamos identificarnos más con una o con la otra, pero encontrar el equilibrio entre estas dos energías es trabajo de toda una vida, y cada relación con un otro y hasta con nosotros mismos, está atravesada por esta búsqueda de equilibrio.
En cada relación con un otro, nos relacionamos también con nosotros mismos, y en cómo tratamos a un otro queda reflejada la forma de tratarnos a nosotros mismos. Si entendemos que el otro es un "otro yo", es una parte de este todo que nos atraviesa, entonces comprendemos que lastimando a un otro, nos lastimamos a nosotros mismos. Desde esta perspectiva, no puedo exigir a un otro, que me dé lo que yo no me estoy dando. En fin... empiezo y termino en mí.
En el camino de hacernos más conscientes de este intercambio, lo natural es que prestemos más atención a lo que nuestro cuerpo físico y emocional necesita. Atender estas necesidades requiere concentrar nuestra energía en nosotros mismos y dejar de alimentar lo que sentimos que drena nuestra atención y que no nos hace bien. Siendo coherentes con hacernos bien a nosotros mismos, no vamos a desperdiciar nuestra energía en personas y situaciones que nos hagan sentir mal, ¿verdad? Y esto incluye todo nuestro entorno, porque a lo que le damos atención es lo que crece en nuestra vida. Entonces por ejemplo, si me doy cuenta que mirar las noticias me desconecta de mi realidad y me produce ansiedades y miedos que no puedo manejar emocionalmente y que además no suman nada positivo a mi día a día, entonces haré algo al respecto, que en cada caso será diferente según los intereses y capacidades de cada uno.
Si he dejado que personas me traten mal y se aprovechen de mí, porque hasta el momento estuve haciendo eso conmigo, veré de que forma puedo encontrar el equilibrio nuevamente, si estas personas no se adaptan a este nuevo yo, simplemente se alejarán y lo más sano es aceptar que eso suceda, porque la realidad es que no puedo hacer otro proceso más que el mío, y las personas o situaciones que no estén preparadas para integrar esos cambios seguirán su propio camino. No es egoísmo, ni soberbia, es amor. Por amor reconozco que no puedo intervenir en el proceso de otro. Y por amor a mí misma respeto que mi proceso es diferente y sigo mi camino.
El intercambio es necesario y debe ser equitativo para que ninguna de las partes se resienta. En este crecer, iremos acercándonos a personas que también tengan la voluntad de integrar y trabajar en sí mismos, para superar esas barreras que nos hacen sentir separados, ya que el trabajo en uno mismo, en nuestras propias inseguridades y miedos, es lo que nos acerca más a los demás.
Estas son solo palabras, reflexiones, que de ninguna manera pretenden señalar el camino a nadie, ya que cada cual es dueño de reflexionar por sí mismo según sus experiencias personales. Sólo puedo decir que llevarlo a la práctica es mucho más difícil de lo que parece... abrir nuestro corazón y volvernos más vulnerables, reconocer nuestras necesidades y atenderlas, reconocer en el otro un yo que también tiene sus vulnerabilidades y miedos... y tenernos paciencia, mucha paciencia para transitar este camino.





"Vida no me trates mal
siempre te quise igual
te voy a dar una flor si lo que siento es amor
cuando deje de cantar tendré que irme de acá
tengo más de una razón para regar mi valor"


martes, 2 de febrero de 2016

De la oscuridad a la luz.

Este post también podría llamarse: del miedo al amor... o también: de la cabeza al corazón.
Transitar ese camino, el más largo, el que más difícil nos resulta, y el que sacrificamos una y otra vez por la satisfacción inmediata de nuestros deseos o el impulso de lo fácil. Esto no precisamente significa que ese camino sea el más difícil ni el más largo, sino que lo percibimos de esa manera porque estamos acostumbrados a desconfiar, a tener miedo del otro, del afuera, y en esa vibración cerramos nuestros corazones a la experiencia de compartir y de ver en el otro a un "otro yo" que también atraviesa sus miedos y su propia experiencia. Cuando hacemos ese cambio de perspectiva, en realidad se abre ante nosotros un panorama completamente diferente, y para nada complejo, sino sumamente simple, donde paso a paso nos sentimos co-creadores de nuestra propia existencia. Como co-creadores podemos "envisionar" dónde nos lleva cada paso y cada decisión que tomamos, y agarrándonos fuerte de nuestra certeza de estar en el espacio-tiempo perfectos para construir la vida que deseamos vivir, sólo disfrutamos el camino, andando. Claro que el camino está lleno de altibajos, por momentos dudas, preocupaciones, ansiedades... pero todo sirve para seguir conectando con esa certeza, para saber que el camino se hace andando, y los únicos guías somos nosotros mismos. Todo consejo, toda palabra que proviene del entorno, es "chequeada" en nuestro interior, y nuestra propia voz nos dice qué tenemos que creer. 

Nadie nace sabiendo, y todos los que de alguna manera intentamos inspirar a otros, lo hacemos porque ya tuvimos la experiencia de estar allí, de enfrentar esos miedos y oscuridades, de romper nuestras corazas, y de encontrarnos con que más allá de todo eso, lo que hay es nuestra propia esencia, Si de alguna manera hoy intento inspirar a que otros sigan ese camino, es sólo porque ya lo he transitado, y lo estoy transitando. Más allá de los padecimientos, y de lo duro que parecieron desde mi perspectiva algunos momentos, los bendigo porque hoy puedo ver que hicieron expansión de mi consciencia, que revelaron mi verdadera abundancia, y que a diario me sirve la experiencia para enfrentar nuevos retos y crecer. Inspirar a seguir a tu guía interna no es de ninguna manera ayudarte o darte un consejo, porque nadie puede hacerlo... todo lo que llega a cada uno de nosotros, cada experiencia, cada lectura, cada persona, está siendo canal para que algo en nuestro interior resuene y queda de cada uno de nosotros escuchar o no esa voz interna, y para cada uno es diferente la lección. 

En sucesivas lecturas que estuve haciendo estos días, noto que todos estamos atravesando por momentos de confusión, momentos en los que nos cuesta ver con claridad, porque son muchas las estructuras que a niveles sociales y personales están cambiando, y nos sentimos desorientados. Ante estas experiencias de transformación profundas, mi única sugerencia es meditar, conectar con la voz interna y con el corazón, con el centro. Vivir el aquí y ahora y reducir las expectativas, porque cuando deseamos algo con el corazón, está ahí disponible para vivirlo, pero hay que confiar, y soltar las expectativas que tenemos con respecto a la forma en que estas cosas deben darse, y tener certeza de que si lo deseamos con fuerza y apostamos por eso, estará disponible para nosotros, pero deberemos poner el esfuerzo de nuestra parte para que eso suceda, y confiar en nuestra visión.

Cada uno es gurú de sí mismo, y responsable de las decisiones que toma. A veces hacemos elecciones desde lugares no conscientes y luego tenemos que enmendar... lo bueno de esto es el aprendizaje que conlleva. Desde lugares donde no nos amamos a nosotros mismos ni a los demás, podemos hacernos daño y hacer daño a otros. Una vez conscientes de esto,  ya no podemos ser indiferentes y el trabajo interno no tiene descanso, es acecharse a uno mismo todos los días... corregir, enmendar, y enfrentar los retos que en todo minuto están a la puerta, y que son la encarnación de nuestros miedos y dudas. 

Aquí un mago inspirador <3