martes, 9 de agosto de 2016

La transformación como exigencia







Sigo estando en el segundo decanato de escorpio, y me siento empujada a escribir lo que me está pasando.
Siempre cuando empiezo una obra, me dejo atravesar por la palabra que la inspira. La siento, la dibujo, hago bocetos y cuando por fin voy al barro, a veces la idea se modifica en el camino, se vuelve otras ideas.
Cuando comencé con escorpio, me sentí muy cómoda ya que es la energía con la que más me identifico, y sin embargo, es el signo que más me está costando recorrer. Tal vez coincidió con una etapa demasiado demandante de mi hijo más pequeño (tiene 20 meses y es muy inquieto) tal vez porque por las causalidades de esta vida llegó hasta mí un proyecto muy hermoso y amplio y está requiriendo mi atención, tal vez porque a la par comencé la construcción de mi horno... puedo identificar que mi atención está puesta en varias cosas, pero sin embargo mis intentos por conectar con el recorrido escorpiano han sido justamente, transformadores.
La primera obra, "Transformación" fue activada en mí y despertó pasión por entrar en la constelación del ave fénix. Con la segunda obra "Iluminación" quedé muy satisfecha y cuando por fin comencé con la tercera, que se llama "Metamorfosis" tuve dos intentos fallidos que terminaron en una obra que no formará parte del oráculo. Lo decidí porque en realidad no me pareció retratar la palabra como tal, y las formas en mi cabeza cuando las tangibilizo no me dejan conforme.
Tal vez sucede que siendo ya 23 las obras terminadas, esté necesitando un descanso para retomar, para volver a encontrar inspiración y desafío en la continuación de la serie.
Hace tres días, Piero, mi pequeño chamancito de 20 meses, tomó la obra "Iluminación" de la mesa y la hizo pedazos dejándola caer al piso. Del primer sentimiento de frustración, que confieso, ya tengo incorporado (con dos hijos y 6 años de experiencia no es la primera vez que me sucede) surgió la inquietud de hacerla nuevamente. Mis tiempos se ajustan y me está costando avanzar en escorpio. Y entonces me planteo esta capacidad escorpiana de transformar, trasmutar.
Y transformo mis miedos: "voy muy lento" "no hago suficiente" "siempre dejo todo a la mitad"...
y me digo: los tiempos del universo son perfectos, el ritmo del aprendizaje es perfecto, todo lo que sucede es perfecto, hago lo que tengo que hacer a cada momento y doy lo mejor de mí. Merezco dedicar su tiempo a cada obra, a cada palabra que me interpela y que me moviliza interior y exteriormente. Merezco dar su tiempo a cada uno de los procesos personales que atraviesan esas obras, como el hecho de ser madre, como el hecho de tener una vida social, como el hecho de ser humana y cometer errores, de los cuales aprendo y mucho.
Gracias por la transformación, gracias porque aprendo a fluir sin presionar, gracias porque soy a cada momento lo que tengo que ser y estoy donde tengo que estar.
Gracias a la luna, porque me enseña a seguir sus ciclos y estar en sintonía emocional con ella.
Gracias a ustedes por leerme y seguir este proceso con sus altos y bajos.
<3

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