sábado, 20 de agosto de 2016

Luna ardiente y mágica


Cuando empezó a asomarse por el borde de las sierras, prendí las primeras ramitas. Hace ya tiempo que venía con ganas de tener mi hornito. Desde que me mudé (hace ya 9 meses casi 10) que no horneo, y que me urge. En el monte, el contacto con el fuego es cotidiano, y el llamado a experimentar el horno cerámico a leña es muy fuerte... emprendí entonces el maravilloso viaje de fabricar mi hornito. Es el primero,
Decidí hacerlo de un tamaño que entrara en el hogar para hornear adentro en invierno. Y que fuera relativamente fácil trasladarlo era una conveniencia. Lo construí enteramente con la fórmula del horno de Condorhuasi, del profesor Chiti. Una pasta difícil de modelar, fueron varios intentos...
Lo horneé en un horno de papel, caolín y arcilla que construi para la ocasión. Elegí la luna llena para hornearlo y fueron unas ocho horas aproximadamente hasta que decidí que ya podía apagarlo. Fue mi primera experiencia y creo que me falta mucho por aprender, pero aqui les dejo algunas fotos!





Estoy contenta con el resultado, aunque claro que puedo perfeccionarlo, mejorarlo, con el tiempo y la experiencia.
Ahora estoy comenzando a utilizarlo, la primera horneada alcanzó buena temperatura pero el arrebato de calor rompió una pieza. Paciencia para la experiencia. Este viaje está lleno de amor.

Se los presento a mi pequeño Mago Blanco, donde late mi corazón:




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