Es mujer que siente, que sabe que no hay nada que pueda saberse, y en ese no saber nada vive, palpita, transita su camino. El Ser está en plenitud porque al no saber nada, experimenta todo con ojos nuevos, de niña ingenua, reconociendo que lo externo es interno y que cada situación que se presenta en la vida, está lista para ser enfrentada... siempre desde el corazón.
Es difícil describir lo que se siente, porque no puede ser pensado... y las palabras son pensadas, habitan la mente...
Tan bonito, tan rico se siente en el corazón, que sólo puede comprenderlo el que lo ha experimentado. La experiencia de confiar en el corazón, en esa sensación bonita de estar en el lugar y el tiempo perfectos para vivir la experiencia perfecta en este universo perfecto. Amigarse con la muerte y con el tiempo del no tiempo, el espacio que no existe afuera sino adentro, el vacío que nos atraviesa, nos colma de la nada misma, y entonces... "ordenar o desordenar átomos" (como dijo el Mago Cerati)
Lleno de altibajos, de certezas y dudas, así se atraviesa este camino de reconexión con el todo... (que es la nada...)
Salir, entrar, retomar el camino y confiar... siempre confiar! Por más que de a momentos no sea visible la luz, por más que a veces nos asalte el miedo, la incertidumbre, la oscuridad. Siempre están los maestros que el universo nos pone en el camino para sortear obstáculos y recordar que volver al centro es la forma, que el camino se hace con el corazón.
A todo este entorno que permite nuestra experiencia, gracias!
Gracias, gracias, gracias.
Gracias por leerme y acompañar este proceso, espero inspirarlos a seguir su propia luz.
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